Compañeras y compañeros:

Un dos de Mayo, pero de 1997, fallecía Paulo Freire considerado el gran promotor de la llamada Educación Liberadora. Su propuesta si bien está contextualizada en Brasil, a partir de una experiencia de Alfabetización en Río Grande del Norte, sin embargo la adhesión que alcanzaron sus propuestas socio-educativas tuvieron percusión en diferentes lugares del mundo.

Su planteamiento básico tiene que ver con una visión de la sociedad en la cual reconoce opresores y oprimidos. El sujeto (a) es el oprimido (a), pero en su conciencia, señala el educador brasileño, hospeda al opresor; de ahí la importancia que le asigna a los procesos de concientización como alternativa a lo que él denomina Educación Bancaria.

Su metodología tiene como base de sustentación el diálogo, ese es un instrumento primordial para que los sectores populares (a la que consideró una cultura silenciada) recuperen la palabra. El lenguaje es una herramienta básica para Freire, las cosas hay que nombrarlas ya que es una forma de tomar conciencia de la realidad y ello es lo que constituye el fenómeno humano: la palabra es el diálogo mismo.

Es necesario precisar que en el planteamiento de Paulo Freire el sentido del término «popular» está referido a los sectores oprimidos.

Refiriéndose al oprimido Freire expresa: «En el acto de discernir se halla la raíz del descubrimiento de su temporalidad, que él comienza a realizar cuando perforando el tiempo hasta entonces en cierta forma unidimensional, alcanza el ayer, reconoce el hoy y descubre el mañana». El acto de discernir, por tanto conlleva asumir un enfoque pedagógico que Freire califica de liberador.

Para Freire el tema de la participación es fundamental y por ello, para él, una democracia se descubre practicándola. «Nada hay que contradiga y perjudique más el emerger del pueblo que una educación que no lleve al educando a la experiencia del debate y análisis de los problemas, que no le propicie condiciones de verdadera participación. Vale decir una educación que, lejos de identificarse con el nuevo clima para ayudar al esfuerzo de democratización, intensifique nuestra inexperiencia democrática, alimentándola».

Su propuesta de educación horizontal busca potenciar la Comunidad a partir de la valoración de su propia cultura, ello dinamizará la sociedad, «desinternalizando las fuerzas opresoras». Ello conduce a visualizar que, para Freire, el núcleo central es el uso de la propia conciencia. Ello implica:

1.El proceso de descubrimiento y reconocimiento del sujeto de su propia situación existencial y la adquisición de una conciencia crítica.

2.Toma de posición.

3.Una manera de actuar frente a esa situación.

Estos tres pasos grafican el tránsito de una conciencia oprimida a una conciencia crítica. En ese sentido plantea la necesidad de procesar políticamente lo que puede aportar la educación al mundo popular, de ahí que la educación, en su enfoque, básicamente es un proceso dialógico.

El conocimiento, por tanto está situado históricamente (situado y fechado) y es la intersubjetividad la que lo hace posible, facilitando el uso de la conciencia. Es ahí donde señala que es fundamental la liberación de las conciencias porque hemos vivido en una cultura del silencio. El mundo popular ha sido silenciado.

Finalmente, en esta apretada síntesis del planteamiento de Freire – que comparto con ustedes como una señal de su vigencia y como un gesto de reconocimiento,- tendría que decir que la propuesta educativa es presentada más bien como un conjunto de propósitos antes que como un método universalmente válido y unívocamente aplicable a cualquier situación. No obstante en su experiencia de alfabetización él destaca algunos elementos primordiales a tomar en cuenta :

– Desarrollar un método activo, dialogal, crítico y critizador.
– Modificar el contenido programático de la educación.
– Uso de técnicas que expresen la concepción metodológica.

Me parece que los diferentes aspectos que he relevado han estado muy presentes en las prácticas que nuestro Colectivo ha venido promoviendo desde su conformación. De ahí la importancia de visibilizarlo y señalar que hoy más que nunca el planteamiento de Paulo Freire nos sigue interpelando e invitando a asumir nuestro rol de co-constructores (as) de conocimientos a partir de las experiencias socio-educativas en las cuales estamos involucrados (as) y comprometidos (as).

Les abraza con cariño
Luis Bustos T.